Concurso Vivienda Social Experimental

El éxodo rural se transformo en uno de los fenómenos sociales más importantes del siglo XXI. En el transcurso de las últimas décadas, la población urbana de America Latina aumento al punto de triplicar a la rural, en un ritmo que se incrementa año tras año. El volumen de los desplazamientos hacia las grandes ciudades, ha superado por amplio margen los aumentos en la demanda de trabajo de la economía urbana, transformándose así en responsable del desempleo, la marginación económica y social, en la transculturización y la pobreza que afecta a los estratos medios y bajos de la sociedad.
Como grandes centros de consumo globalizados, la ciudad necesita liberar el campo para la explotación de sus recursos, atrayendo a sus habitantes para simplificación de esta tarea y el engrosamiento de la mano de obra desempleada, que en su excedente encuentra el bajo costo de sus salarios.
Las consecuencias de la introducción expuesta son visibles. Un país cuyas urbes albergan las tres cuartas partes de su población, no puede darse el lujo de oficiar como un simple receptor de inmigrantes abandonados a su suerte.
Consideramos que la ventaja de invadir territorio productivo con un programa de viviendas individuales, reside en la posibilidad de relacionar a sus pobladores con el suelo que ocupan. Relación de la cual, podrá surgir la sustentabilidad misma de la vivienda y sus habitantes.

La ciudad y el suelo ocupado.
El desplazamiento geográfico de la población hacia las metrópolis, contribuye a la generación del urbanismo informal, representando como consecuencia un gran impacto social. La ausencia de políticas acertadas que promuevan el crecimiento armónico de las ciudades, resultan en una planificación que pretende albergar sin contemplar el bienestar.
El consumo de tierras fértiles que demanda toda nueva construcción deberá fundamentarse en su misma esencia, mediante un programa centrado en la explotación del territorio ocupado. Un programa, capaz de representar el sustento de una familia en términos de alimentación, bajo consumo energético y capacidad de adaptación a los cambios generacionales. Un programa que sensibilice al ciudadano en las capacidades productivas que el suelo puede materializar.

La Vivienda.
Tipología.
La tipología buscará hacer de los cambios propios de una familia, un elemento mismo de configuración espacial y funcional. Un espacio domestico flexible a las necesidades de ocupación y crecimiento, capaz de enmarcar una ampliación en vez de determinarla.
Un contenedor inicial, albergará los espacios necesarios para dormir, comer, estar y recrear. Dichos espacios estarán configurados por cuatro núcleos, que actuaran como apoyo de estas actividades alojando sus servicios, y haciendo a la vez de soporte de las futuras expansiones.
Como ramas partiendo del tronco de un árbol, el crecimiento de la vivienda nacerá del contenedor para tomarse de las medianeras y entre ellas, configurar patios que permitirán la independencia funcional, el asoleamiento, la ventilación y posibles espacios de cultivo para la provisión de alimentos.
Una vez agotados los recursos de ocupación de la planta baja, en términos de expansión, se procederá a las ampliaciones propias de la planta alta. Una terraza accesible duplicara el espacio común de la casa, anticipándose al crecimiento de la familia de manera de actualizarse a las futuras demandas de superficie. Una vez ocupados los cuartos, la terraza entre ellos podrá techarse para alojar el espacio común necesario para una nueva generación de ocupantes, o bien un gran taller para emprendimientos independientes.





La Vivienda.
Patios.
Los patios brindaran la oportunidad de valerse de invernaderos y huertas, o su conservación como espacios exteriores verdes. En ambos casos, sus propiedades climáticas son excepcionales, a la vez de aportar luz, ventilación cruzada y espacios de cultivo para la provisión de alimentos.
La variante de Patio Verde, permitirá refrigerar el ambiente durante el día mediante la absorción de la frescura nocturna en la superficie vegetada. A la vez, el calor absorbido por el suelo y las fachadas quedan disminuidas al filtrarse la radiación directa, amortiguando la temperatura interna de la vivienda. En relación a las especies elegidas para su forestación, las copas de los árboles atenuaran las temperaturas en verano, mientras que en el invierno el sol se filtrara entre sus ramas ya despojadas de follaje.
La variante de Patio-Invernadero, proporcionara mediante una inversión mínima, la posibilidad generar un espacio adicional aumentando la superficie de la vivienda. Permitirán la generación de un microclima apto para el cultivo y la recreación. Un equilibrio térmico, reduciendo las pérdidas de calor de los espacios adyacentes al actuar como zonas amortiguadoras. Las oscilaciones de temperaturas características de este sistema se manejaran mediante elementos de acumulación (agua, macetas, vegetales, etc) protecciones móviles que permitan su cerramiento (media sombras, etc) reduciendo las posibilidades de sobrecalentamiento e impidiendo las perdidas nocturnas.
La vivienda en su conjunto.
El Tejido Urbano.
Lejos de ser el simple resultado de la recepción no planificada de masas rurales, el tejido planteado para el barrio responde al propósito de alojar gente para garantizar su sustento. Si la vivienda individual buscará contribuir a la autosuficiencia de la familia, la organización de la trama buscara relacionar a los lotes en una comunidad, para en su conjunto contar con los recursos necesarios para un grado de autonomía referido a la productividad.
Los lotes familiares, se articularán a través de un Pasaje de Cultivo Peatonal destinado a la generación de alimentos. Si bien la producción independiente de cada lote podrá utilizarse para el consumo interno de cada familia, el rendimiento de los Pasajes de Cultivo Peatonal podrá utilizarse para la comercialización a través de un sistema de administración comunitario.
El ingreso extra que las familias obtendrán de estas retribuciones, permitirá cubrir las necesidades fundamentales, y concederá a los habitantes ciertas libertades que se verán reflejadas en el aumento de su tiempo libre para la recreación, la vida familiar, la expresión o el estudio. La superación de una dependencia absoluta del salario mejorara las condiciones de vida de los integrantes de estas comunidades.




Conclusiones.
Familias migrando desde los confines de nuestro país, se asientan en barrios no consolidados buscando un porvenir y un lugar al cual pertenecer. Sin ser los dueños del suelo sobre el cual se establecen, trabajarán toda su vida para revertir esta situación.
Una vivienda individual capaz de adaptarse a los cambios de una familia en el tiempo y el espacio, a la vez de representar su sustento e inserción ciudadana será uno de los objetivos de la relación entre la tipología y el tejido urbano propuesto.
En lo tipológico, una casa con patios articuladores de expansiones múltiples. En lo urbano, una comunidad productiva capaz de insertar a las familias en la vida social productiva.

O N A S